Si la Semana Santa ha sido un bálsamo para el turismo rural de la mayoría de comunidades autónomas de este país, el caso de Extremadura es una excepción, según la Encuesta de Ocupación de Alojamientos de Turismo Rural, del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Durante el mes de abril, 22.200 viajeros eligieron alojarse en una casa rural, solo un 0,2% más que el número de personas hospedadas en el mes de abril del año pasado, teniendo en cuenta que la Semana Santa se había celebrado en marzo.

De igual manera, el incremento en pernoctaciones es muy liviano. En abril de este año, se han alcanzado las 52.900 pernoctaciones, mientras que en 2018 se alcanzaron las 51.700. Este incremento interanual ha sido solo de un 2,2%.

El indicativo de que este mes de abril ha sido peor de lo que cabría esperar reside en el grado de ocupación medio de los alojamientos rurales. En abril, esta tasa de ocupación fue de un 22,5%, un 1,2% menos que en abril del año anterior, una cifra que es todavía mayor durante los fines de semana, descendiendo hasta un 5,5%, de un 49% a un 43,5%.