Los pueblos de Prado y Quintanilla (Zamora), celebran un año más su “hermanamiento” en la tradicional rogativa que celebran cada primero de mayo.

Son dos kilómetros los que separan sus iglesias de Santa María en Prado y San Babilés en Quintanilla del Olmo. Los vecinos de las localidades recorren el camino para encontrarse a mitad de camino.

Fotografía: Malojavio El Saucejo

En los primeros días del mes de mayo se condensan el mayor número de romerías de la provincia.

Se desconoce de donde viene la tradición, seguramente se remonta a varios siglos y en ella, se rezaba por una meteorología que ayudase a la cosecha aunque con el tiempo esta tradición ha ido evolucionando y además de ser una tradición se ha convertido en fiesta y hermanamiento entre los pueblos vecinos así como de defensa de los pueblos más pequeños de los municipios.

En el caso de Prado y Quintanilla, son dos localidades pequeñas que comparten casi todo, menos el ayuntamiento.

En concreto, Prado cuenta con 60 habitantes, y en Quintanilla son aproximadamente 30, pero ambos han conseguido conservarse como municipios independientes, siendo de los más pequeños de Zamora y de España.

Este año, el clima estuvo a favor, los vecinos de ambos pueblos disfrutaron de un día soleado, música tradicional y las banderas de Zamora, Castilla y León y España pusieron el color con la procesión.