El antiguo pueblo de Rodén ha permanecido oculto para muchos, por lo menos hasta ahora. El Gobierno de Aragón ha aprobado la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de conjunto histórico, considerado como un lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos del pasado.

Fotografía de Rodén Viejo

La ley del Patrimonio Cultural Aragonés dispone que la declaración de sitio histórico obliga al Ayuntamiento a aprobar un Plan Especial de Protección del área, teniendo que cumplir las exigencias establecidas en dicha ley.

La importancia histórica trata de abrirse paso entre las ruinas, donde todavía se alza la torre de la Iglesia de San Martín, de estilo mudéjar y gótico, restaurada en 2014 por la Diputación Provincial de Zaragoza. Lo incluimos como uno de los cinco pueblos de España abandonados durante la contienda, y que no fueron reconstruidos, junto a Belchite, Montarrón, Corbera de Ebro y Gaganejos.

¿Qué ocurrió realmente para que acabara reducido a escombros? Todavía rondan un sinfín de especulaciones e historias, donde las más comunes son que fue arrasado por la artillería, a causa de un bombardeo aéreo, o debido a la preparación de trincheras.

Debido a esta declaración de BIC, muchos turistas han aprovechado los días de Semana Santa para acercarse a conocer este pequeño rincón, convertido en un puñado de piedras y escombros que descansan en lo alto del monte, justo al lado del actual pueblo. Los vecinos no olvidan sus raíces a pesar del paso del tiempo.

Al término de la contienda, solo 10 familias volvieron al pueblo, siendo una de ellas la de Pascual Varón, residente del actual pueblo reconstruido de Rodén, a las faldas del cabezo que alberga los restos del primer pueblo. Con 78 años cumplidos, Varón residió allí hasta los 14, donde comenta que hizo la primera comunión.

Sin embargo, explica que las condiciones eran nefastas. En las pocas casas que quedaron en pie no tenían ventanas, y tenían que vivir varias familias. Confirma que se fueron con las manos vacías y que volvieron igual, pero que se repusieron. Tras la guerra el Servicio Nacional de Regiones Devastadas y Reparaciones comenzaría a construir el pueblo actual, donde residen 27 personas.

Primero cinco casas, donde se trasladaron algunas familias, para poco después construir cinco más, y luego los vecinos construyeron sus propias viviendas. Así comenzó de nuevo la vida de Rodén.

La Asociación de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa) ha mostrado su satisfacción con la declaración de Rodén como Bien de Interés Cultural, aunque también ha recordado que necesita realizar obras de consolidación de los restos para conservarlos adecuadamente.

Algunos visitantes han quedado sorprendidos de este rincón por descubrir, y del que no habían oído hablar. Sin duda se sorprenden de la historia que hay detrás. Otros conocieron el nombre del pueblo debido a la noticia, ya que jamás habían oído hablar de él.