Por quinto año consecutivo los restaurantes de la comarca granadina del Valle de Lecrín celebran el evento gastronómico que ha posicionado  sus pueblos en el mapa del turismo rural español y que este año está inspirado por “La Huella Mozárabe” tal y como reza el lema de la edición.

Las jornadas vienen avaladas por el Patronato Provincial de Turismo de Granada y organizadas por la Asociación de Turismo Rural del Valle de Lecrín que tendrán lugar entre los días 11 y 19 de marzo.

Los cinco establecimientos socios de la asociación organizadora se encuentran en  Cónchar, Dúrcal, Melegís, Nigüelas y Padul que, como en ediciones anteriores, encaran el acontecimiento gastronómico con un claro denominador común: géneros de máxima calidad que en cada establecimiento elaborarán a su manera y a un precio más que competente que oscila entre los 10 y 15 euros.

El tema de estas quintas jornadas gira en torno a la cultura mozárabe que dejó una huella indudablemente profunda en el carácter y tradiciones de ya no solo la comarca del Lecrín, si no de toda Andalucía y en muy especialmente de la provincia de Granada. Por eso los platos destacados de esta edición llevan el inconfundible sello y sabor tan particular de esta parte de la península.

La materia prima con la que se elaboran los platos que se podrán degustar son, como no podía ser de otra manera, de primerísima calidad: el mejor aceite de oliva del mundo, naranjas que inundan con su olor los parajes del valle, hortalizas y verduras crecidas a con las aguas cristalinas de Sierra Nevada y unas carnes y pescados que son tratados con el mimo y los cuidados que merecen gracias a siglos de tradición.

Con todo ello se configuran elaboraciones de categoría superior como el remojón, una sorprendente y refrescante ensalada de bacalao, naranjas, tomates y aceitunas; o dicho de otra forma: la esencia más pura del Valle de Lecrín en una excelente experiencia gastronómica. También, este año, se podrá disfrutar de elaboraciones propias de la temática escogida como cous-cous, berenjenas con miel o ensalada bereber sin olvidarnos de los clásicos puchero de cardos e hinojo y peras con vino y canela que siguen residiendo en la sangre de las gentes del Valle.